jueves, 9 de junio de 2016

Adiós a "Las mentiras que escribí..."


Hace dos años que me decidí a abrir este espacio literario en Internet, cuando todavía me estaba peleando con mi primera novela y mi camino estaba sembrado de dudas.

Buscaba un rincón donde dar salida a mis opiniones sobre libros, cine y música, porque siempre he tenido ese afán de comentarlo todo, de justificarlo. De hacer que algo signifique algo.

Desde el año 2014 llevo actualizando religiosamente las entradas de este Blog. Suma más de 40.000 visitas (y subiendo), y me ha acercado a un grupo de gente maravilloso a lo largo de este camino.

Entonces, ¿por qué se termina?

Aunque estoy embriagada de la nostalgia que da el decir adiós, ya llevaba un tiempo eludiendo lo imposible. La etapa de un blog personal toca su fin...

Pero seguiré escribiendo.

A partir de ahora cualquier referencia a mis idas y venidas literarias la podréis encontrar en mi nuevo Blog-Web "Marafarinha" al que os animo a suscribiros para estar atentos a todas las novedades.

En cuanto a las entrevistas y reseñas que tengo comprometidas, no os preocupéis. Se publicarán.

Decirle adiós a "Las mentiras..." supone abrir los ojos a otros horizontes en lo que llevo trabajando un tiempo, en la búsqueda incesante de mi lugar. Ha llegado el momento de cerrar esta etapa y comenzar una nueva.

Nos leemos pronto.
Un abrazo.




miércoles, 8 de junio de 2016

#ENTREVISTA: Javier Miró (equipo Autorquía), autor del "Manual de Autopublicación"


"Para nosotros es fundamental la honestidad aunque no siempre sea la opción más agradable, ya que es honestidad lo que le pedimos a los autores a la hora de mostrar sus trabajos, comunicarse con sus seguidores, o recibir críticas, por ejemplo."


"El país donde gobiernan los autores". Así se define Autorquía en un portal de Internet que se abre al espíritu de la autopublicación, ofreciendo algo nuevo y, por qué no decirlo, esperanzador. Un abanico de servicios especializados están a la disposición de aquellos autores que lo necesiten: corrección, maquetación, asesoramiento, diseño de portada, booktrailers... Todo esto unido en un corazón con un latido en común: que el escritor independiente encuentre el camino adecuado a seguir.

M.B.Vigo: Después de escribir una entrada en "Las mentiras que escribí" sobre vuestro "Manual de Autopublicación", es todo un gusto para mí poder tener una charla pormenorizada con Javier Miró, director de Autorquía. 

Javier Miró: Muchísimas gracias, Miriam. Para mí, en nombre del equipo de Autorquía, es un verdadero placer y todo un honor estar en un espacio tan personal y auténtico como tu blog.

M.B.Vigo: El mundo de la publicación avanza muy deprisa. Las ansias que tienen los escritores de hacer llegar sus historias al público, la necesidad de ser leídos, crece incluso con más rapidez que los servicios disponibles. Podríamos decir que Autorquía responde a una necesidad clara de apoyo y ayuda, sin tener que someterse a rígidas selecciones editoriales. ¿Sois una mezcla de agencia editorial y una editorial al uso? ¿O sois algo más? ¿Un país de nadie?

JM: Autorquía nació como un espacio de ayuda para todos aquellos escritores que querían ver sus obras publicadas, pero que por un motivo u otro, no terminaban de conseguirlo con éxito. Tras un tiempo escuchando a los escritores, viendo las necesidades que tenían, y después de investigar el mercado editorial, decidimos dar un paso más ofreciendo servicios profesionales, no solo de apoyo a la autoedición y autopublicación, sino también de promoción, venta y comunicación. Obviamente, entendimos que para realizar todo esto no podíamos montar una editorial, así que optamos por una asesoría.

M.B.Vigo: En el inicio del manual se hace un hincapié a la necesidad de rebuscar en nuestros bolsillos, para hacer una inversión inicial en nuestro proyecto literario. Si bien es cierto que, de ser así, nos ahorraríamos encontrarnos muchas obras incompletas, mal pulidas y mediocres en el mercando indie, ¿es necesario contar con unos ahorros más o menos importantes para lanzarse a esta aventura? ¿Desmitificáis la gratuidad de la autopublicación? 

JM: Lamentablemente, la necesidad de contar con ciertos servicios profesionales para conseguir un acabado óptimo es una realidad. Por ejemplo, un autor autopublicado al que nadie conoce fuera de sus círculos de amistades, necesita, para llamar la atención, una portada especialmente potente y llamativa, lo que solo puede conseguirse con un diseñador profesional. Algo parecido ocurre con la corrección y la maquetación. Decía que lamentablemente porque, si se suma todo lo imprescindible para conseguir un acabado mínimamente aceptable, el coste puede estar por encima de muchos presupuestos, sobre todo para la gente joven. Desde luego, está muy por encima de quienes piensan que la autopublicación es gratuita. Sin embargo, y pese a todo, hoy en día existen opciones de financiación muy interesantes y asequibles como el crowdfunding, sobre un tema que también tratamos en el manual. 


"El objetivo era conseguir una guía definitiva para ayudar a todos aquellos escritores independientes que hoy en día se vean en apuros o tengan demasiadas dudas sobre la autopublicación."


M.B.Vigo: Es obvio que el "Manual de Autopublicación" se trata de un libro ambicioso. Creo que muchos de los que queremos abrirnos un camino en nuestro amor a las letras, sentíamos la necesidad de contar con algo así: una especie de Biblia. Con vuestro manual, es posible seguir desde los plazos más primitivos hasta los consejos de éxito final. ¿Qué espíritu de trabajo ha movido la elaboración de esta obra?

JM: Ciertamente, el objetivo era conseguir una guía definitiva para ayudar a todos aquellos escritores independientes que hoy en día se vean en apuros o tengan demasiadas dudas sobre la autopublicación. No nos movió llegar a ser una especie de Biblia del sector, tal y como comentas, aunque es fantástico que te refieras así al manual y me siento enormemente halagado por ello. Me hace pensar que hemos hecho un buen trabajo.

M.B.Vigo: No hay fórmulas del éxito, como otros muchos han intentado vender. Vuestras páginas se clasifican por una honestidad absoluta.  Casi hay que dar por sentado que, para conseguir escalar, es necesario que lo que vamos a intentar hacer llegar a los lectores se trate de algo con ciertos mínimos de calidad. Sin embargo, es cierto que muchos de los "ebooks" que coronan los TOPs del gigante amazónico parecen reñidos con esta máxima. ¿Calidad o marketing?

JM: Tuvimos muy claro desde el principio que si queríamos ofrecer un manual de calidad no podíamos vender humo ni prometer la Luna. Para nosotros es fundamental la honestidad aunque no siempre sea la opción más agradable, ya que es honestidad lo que le pedimos a los autores a la hora de mostrar sus trabajos, comunicarse con sus seguidores, o recibir críticas, por ejemplo. Entendemos que haya libros que en su título opten por el sensacionalismo para lograr vender más (personalmente he leído algunos de ellos y están bastante bien), pero en absoluto lo compartimos.

M.B.Vigo: Hablamos precisamente de marketing cuando una buena parte del manual se centra en ayudar al autor a explotar una de las mejores herramientas a su alcance: las Redes Sociales. Lo más llamativo es que no se dan pautas concretas, pero sí una guía muy útil para que cada cual, valiéndose de su personalidad y habilidades, se cree una imagen de sí mismo hacia los demás. ¿Hay mucho que mejorar en este aspecto? ¿Saben la mayor parte de los escritores noveles moverse por Facebook y Twitter?

JM: Cualquiera que utilice las redes sociales con asiduidad sabrá que son herramientas con una capacidad de promoción casi ilimitada; un escaparate único. Por desgracia, la mayor parte de los usuarios no entiende el funcionamiento de las mismas a la hora de usarlas como verdaderas herramientas de promoción. Por ejemplo, es muy fácil caer en el spam tratando de publicitar nuestra obra (o la de otros escritores). Es algo muy común. Nosotros, en el Manual, hemos optado por mostrar, más que unas pautas de comportamiento, una forma de entender las redes desde el exclusivo punto de vista del autor, diferenciándolo de vendedores de libros o de meros usuarios. 

M.B.Vigo: El tiempo es oro. Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención ha sido la cantidad de volumen de trabajo que llega a tener un autor, y que dejáis muy claro a lo largo del manual: mantener vivo un Blog, trabajar en las Redes y, por supuesto, no dejar de escribir. Muchas horas diarias que, en ocasiones, es complicado compaginar con la vida real... No es necesario que nos desveléis los entresijos del libro pero, ¿cómo organizarse y sacar tiempo para, además, disfrutar de ello?

JM: Está claro que la actividad que requiere la autopublicación puede parecer muy absorbente, a veces incluso demasiado. Pero la práctica y, sobre todo, la planificación ayudan a rentabilizar el esfuerzo y a sacar petróleo de cada hora que pasemos delante del ordenador. Resulta increíble la capacidad de trabajo que puede alcanzar una persona disciplinada que planifica con mimo sus tareas. Y no hace falta ser un superdotado para ello; con práctica y ánimo, se puede. En mi opinión, es mucho más duro dedicarle 40 horas semanales a un trabajo donde es otro quien nos planifica, los objetivos apenas nos interesan, y cuya recompensa no nos llena personalmente.

M.B.Vigo: La desesperación, la soledad y el vacío lleva a muchas obras a quedarse hundidas en los oscuros cajones. Por vuestra parte, ¿qué consejo de apoyo podrías lanzar desde aquí a uno de estos autores marchitos?

JM: Es difícil porque cada escritor es un mundo aparte y cada uno tiene sus propias razones que hay que respetar. Ahora bien, si el motivo es la apatía, recomendaría darle vida a esos escritos dándoselos a leer a otras personas. Hoy en día es más fácil que nunca gracias a plataformas como Wattpad o Creative Writing de Goodreads, que permiten publicar obras cortas, o largas por capítulos. Los comentarios de otros escritores en la misma situación que nosotros muchas veces pueden ser un apoyo muy importante.

M.B.Vigo: ¿Es posible vivir de escribir libros? ¿Tan siquiera planteárselo?

JM: Respuesta corta, sí. Respuesta larga, sí, pero mejor seguir adelante como si esto no fuera a ocurrir nunca. Lo más interesante es disfrutar del camino y, si llega, pues mejor que mejor.

M.B.Vigo: Y, para finalizar, ¿podremos leer próximamente nuevos manuales de vuestra mano que nos puedan ayudar en este arduo y hermoso camino de letras?

JM: En efecto, Miriam. Tenemos la intención de preparar otros manuales que traten más detenidamente puntos importantes y de gran interés de este manual. También estamos trabajando en un manual para ayudar a quienes opten por la publicación de sus obras en editoriales tradicionales.

M.B.Vigo: Gracias, Javier, por tan enriquecedora charla. Seguro que muchos de los lectores de este Blog lo encontrarán tan estimulante como yo. Un abrazo.

JM: Muchas gracias a ti por esta entrevista tan interesante y por dedicarnos un pedazo de tu espacio personal. Un cordial saludo de mi parte y en nombre del equipo de Autorquía. )






lunes, 6 de junio de 2016

#LITERATURA: Cosas que escribí mientras se me enfriaba el café, relatos urbanos // ****


Los relatos cortos son los grandes olvidados de la literatura. O, sino olvidados, tal vez no tan bien considerados. Resulta más difícil enfocarlos la público, hacerlos llegar, demostrar frescura y aportar algo diferente. Parecen no tener tanto valor estas pequeñas historias que nos pueden amenizar el desayuno o la espera en la parada del autobús. Pero esto es un error: en los cuentos breves, un autor puede demostrar su destreza y habilidad con las palabras, su agilidad a la hora de crear personajes vivos y su facultad de finalizar un argumento dado.

Isaac Pachón, con buen gusto, con dedicación y talento, ha auto publicado una colección de relatos breves con el sugerente título "Cosas que escribí mientras se me enfriaba el café". Con esa premisa que, estoy segura, incumple mil y una normas establecidas sobre qué título es adecuado ponerle a una obra. Pero a este joven autor indie parece haberle funcionado bien porque es, precisamente, ese toque desenfado y urbano lo que puede calificar a este libro, una pequeña joya, que me veo en la obligación de recomendar.

La temática de estas historias oscila entre retazos de locura, ciertos toques de realismo mágico, la familia, el amor, los entresijos rutinarios. La fórmula más común de la que se vale el autor es sacar partido a las trivialidades de la vida común. No le es necesaria una grandilocuencia, ni un esquema de sucesos enrevesado o complejo. El simple ambiente familiar le resulta suficiente para ahondar en factores psicológicos que el ser humano presenta en la situaciones a las que debe enfrentarse en su día a día.

El niño imaginario puedo considerarlo como un de los relatos más extraños y originales de esta colección, enfocándose al hecho de ser padres. ¿Tal vez encaja cierta crítica social? Eso deja entrever, pero no se esclarece del todo. En El contagio muestra una vena literaria más enfocada al humor ingenioso, bastante vivo a lo largo de las composiciones. El gran Loussini es, por ejemplo, un historia con un fuerte contenido descriptivo sin resultar denso y un final apabullante que deja al lector en un extraño estado silencioso. Los libros que nadie quiere leer tiene un cierto aire a La sombra del viento de mi admirado Zafón. 

Salta a la vista, pues, que se trata de un trabajo muy elaborado, enfocado a encontrar un final que sorprenda a aquel que lo esté leyendo. Por su brevedad, su lectura puede finiquitarse en una tarde, o disfrutarla a ratos cortos debido a su ligereza. En cuanto al narrador, aunque varía, tiene algo en común que hace recordar al propio escritor. Una voz generalmente masculina que ronda la treintena y que muestra, en ocasiones, cierto desasosiego.

En definitiva, una obra independiente de una calidad editorial. Dinámica, fresca, cruda y real. Pequeñas muestras de ingenio de un autor que promete, y mucho.



viernes, 3 de junio de 2016

Todas las horas mueren: Concurso Indie 2016


Título: Todas las horas mueren
Páginas: 150 aproximadamente
Género: Intimista, histórico
Fecha de lanzamiento: 3 de julio de 2016


El Café de Fontiña se ha convertido en el alma de una villa. Allí, las horas parecen eternizarse. Las tazas están siempre a rebosar, las estanterías plagadas de libros y la barra luce siempre unas flores vivas y frescas.

Tras dos décadas, la anciana dueña, Olivia Ochoa, no encuentra motivos suficientes para levantarse y seguir mantenido la esencia de su Café. Las horas pasadas, como almas perdidas, regresan a su presente y le anuncian que su final no tardará demasiado.

Pero todavía no.

Porque Dorotea llamará a su puerta, como lo hizo Laura, como lo hacen los fantasmas. Y el tic-tac de la escritora deberá seguir sonando, porque sus horas no están resueltas a terminarse.



"Cucarachas. Cucarachas" 



A la venta en Amazon el 3 de julio de 2016
#ConcursoIndie2016







miércoles, 1 de junio de 2016

#ENTREVISTA: María Fornet, autora de "Azul Capitana"



"Pienso que los problemas de Salud Mental son el gran tabú de nuestro siglo."


Escritora y psicóloga, es una auténtica delicia tener la ocasión de leer a María fornet. "Un nudo tras otro" y "Azul Capitana" son sus dos novelas autopublicadas que, desde "Las mentiras que escribí" recomiendo con insistencia. Sin lugar a dudas, una de las autoras independientes más sobresalientes que he tenido el gusto de leer. Hoy es un placer poder compartir con vosotros esta cálida entrevista que, os aseguro, merece mucho la pena.

M.B.Vigo: Bienvenida, María. Es un gusto tenerte en el Blog.

M.F.: El gusto es todo mío, gracias por invitarme.

M.B.Vigo: "Azul Capitana" no es una novela común, no es una obra que cumpla las perspectivas de lo que se espera encontrar en Amazon. Una joya desconocida. ¿Eres consciente de lo que hace tan especial a tu libro?

M.F.: Bueno, gracias Miriam, qué voy a decir yo: todas las madres piensan que su hijo es muy guapo y yo no soy menos.

Quiero creer que lo que hace especial a Azul Capitana es que ofrece una perspectiva muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en este campo. El cine y la literatura han abusado del concepto de loco, lo han manoseado, lo han pisoteado. Yo quería contar, con crudeza, que lo de detrás son personas. Tan simple como eso. Como tú y como yo. O mejor, tú y yo. Igual eso es lo que lo hace especial, el haber desdibujado esa división.

O igual es algo completamente diferente.

M.B.Vigo: Psicóloga y escritora. Ambas facetas son un arma literaria con mucho valor. Digamos que te permite escribir, de primera mano, sobre ciertos temas relacionados con la conducta de las personas. ¿De dónde surge "Azul Capitana"? ¿Lo hace precisamente de esa unión entre tu profesión y la pasión por las letras?

M.F.: Sin duda. Creo que mi profesión de psicóloga me ha dado la oportunidad de ahondar en las pasiones y ansiedades más humanas, y ha sido un gozo poder hablar de mi percepción particular en este libro. 

M.B.Vigo: Alejandra Olivares es la protagonista de esta historia. Vemos a través de ella, discernimos mediante sus pensamientos y sentimos con su corazón. Se trata, desde luego, de un personaje con mucho trasfondo, muy bien construido, que traspasa el papel. ¿Quién es esta joven? ¿Qué se esconde detrás de su proceso creativo? ¿En qué se parece a María Fornet?

M.F.: Muchas gracias, Miriam. Alejandra Olivares es una chica de veintiséis años, cínica, curtida, de clase alta y con dificultades para entrar en la madurez propia de su edad.

Es una persona que sufre y encuentra salida a su dolor mediante el corte de sus brazos y piernas, mediante el hambre, que desplaza aquello a lo que no es capaz de hacerle frente.

Alejandra Olivares bien podría ser Pepita Pérez, porque en el fondo cuenta una historia que es universal: que los traumas, si no los miramos de frente, acaban por matarnos.

M.B.Vigo: La "locura" está muy estigmatizada. Sigue siendo un tema muy tabú. Hay mucho desconocimiento de enfermedades psicológicas tan comunes como la depresión o la anorexia. Esta última, sometida a constantes juicios de valor. Aunque no se trata de un análisis clínico del perfil de Alejandra, sí que en la novela se aclara en cierta parte los motivos reales de este trastorno que, creo, va más allá de lo estrictamente alimentario, ¿no es cierto?

M.F.: Desde luego. Se frivoliza mucho con los motivos reales por los que uno decide matarse de hambre. Pero ojo, que no hablamos de perder tres kilos con una estúpida operación bikini. La anorexia puede ser un pulso a la propia muerte.

Pienso que los problemas de Salud Mental son el gran tabú de nuestro siglo. Depresión, ansiedad, insomnio, trastornos alimenticios, obsesiones, compulsiones, adicciones. Toda mesa cojea de alguna pata en algún momento de su vida, a veces de varias. Pero en lugar de ir al carpintero, reforzar la madera o hacer algo al respecto, seguimos añadiendo peso al tablero, con la esperanza absurda de que no acabe por ceder y romper del todo.


"Quiero tomarme un tiempo para repensar las cosas, para mimar mi web, para estudiar y formarme, para decidir qué va a venir luego y en quién quiero que se convierta María Fornet. Por primera vez en lo que llevo de vida, no tengo prisa."



M.B.Vigo: El escenario central donde se desarrolla la trama es "El Roble Viejo", un centro de Salud Mental. No son instituciones que se vean con buenos ojos, desde luego. ¿Has pretendido desmitificar estos hospitales, aportando una imagen más realista y menos distorsionada? 

M.F.: Bueno, supongo que todas las percepciones sufren de cierta distorsión, va con la condición misma de percepción. Afecta en ella nuestra experiencia, nuestras ideas preconcebidas, nuestra propia salud mental, el momento vital en el que percibimos.

Yo he querido ofrecer una visión que también es real. Tan real como otras. Aunque la novela parte de la ficción y muchos de los elementos son solo eso, lo importante, como en toda historia, es la realidad de las relaciones de los personajes, y eso es igual fuera que dentro de un centro de Salud Mental.

M.B.Vigo: Los demás pacientes con los que debe convivir Alejandra son también puntos importantes del libro. Sócrates, Sabrina, Matilde, Vincent... ¿Qué nos puedes decir de ellos? ¿Qué peso real tienen en la historia? ¿De dónde surge cada uno de ellos?

M.F.: En un momento dado del libro, Alejandra dice que ha llegado a comprender el peso de los colores de fondo en un lienzo, que le dan el tono final al cuadro. Ese es el papel de los personajes en Azul Capitana. Sin ellos, el cuadro sería otro.

M.B.Vigo: La figura de los padres de Alejandra tiene también algo que destacar. A veces los familiares más directos no saben cómo enfrentar un problema así, a veces resulta complicado estar a la altura de las circunstancias. Da la impresión de que, tal vez, los padres de Alejandra se han rendido en cierta parte...

M.F.: Esa es desde luego la percepción de Alejandra, ella se siente abandonada una y otra vez en Instituciones de Salud Mental, aunque quizá sus padres simplemente no sepan qué más hacer para apoyarla.

Creo que la novela nos pone en la tesitura, a veces incómoda, de empatizar con cada personaje: una vez conoces sus historias, es difícil juzgarlos. Como ocurre en la vida misma.

M.B.Vigo: El arte es un tema primordial en la obra: tanto la pintura, como la música o la propia literatura... cobran una importancia sobresaliente. ¿Qué significado tiene esencialmente en la novela?

M.F.: El arte es un personaje más de la obra. El arte, en Azul Capitana, funciona como catalizador, justo como lo hace en la vida real.

Los traumas más encallados raramente encuentran alivio a través de la palabra directa. Pienso que el arte, la simbología, la expresión indirecta son los que acaban por abrir el grifo.

M.B.Vigo: ¿Qué implica para ti la escritura? ¿Una forma de evadirse? ¿Algo que forma parte de ti?

M.F.: Yo diría que justo lo contrario. La escritura es la forma máxima de conexión conmigo misma, con el momento en el que estoy, con lo que de verdad siento y pienso.
La escritura me obliga a pararlo todo y encender el interruptor del aquí y ahora, que tiendo a olvidar con frecuencia cuando no escribo.

M.B.Vigo: Detrás de todo escritor, hay un ávido lector. ¿Qué libros son los que más te han inspirado a lo largo de tu vida?

M.F.: Bueno, cada libro que he leído me ha inspirado en algún sentido. Algunos me han inspirado para no volver a leer en una temporada, otros a escribir, otros a seguir leyendo.

De adolescente solo leía poesía y novelas de dudosa calidad, pero era eso lo que encendía la mecha, una no elige. Después vino la filosofía y el teatro. Y ya, en la adultez, las novelas con algo más de peso.

No tengo ningún libro de cabecera, y mis gustos, como ves, cambian como cambia el viento. Anoche comencé con Kipling, del que conocía su poesía pero no su prosa. Últimamente leo varios libros a la vez, cosa que antes no hacía. Y ahí seguimos.


M.B.Vigo: La publicación es un camino difícil. ¿Cómo llegar a los lectores desde el más absoluto anonimato? ¿Qué partes positivas encuentras en la autopublicación?

M.F.: Sí, sí lo es. Aún hay quién me dice que esto de escribir un libro, subirlo y vender copias, es un chollo. Pero poca idea tienen de la cantidad de trabajo que eso tiene detrás.

La parte más positiva, a mi modo de entenderlo, es la posibilidad de manejar el producto desde la primera línea hasta que llega a la imprenta. Tomar todas las decisiones por mí misma es a veces un infierno, porque cuando algo no funciona no tengo a quién culpar. Pero cuando funciona…

Yo tengo la suerte de contar con mi marido y mi hermana, que me ayudan en todo lo que pueden y tienen paciencia infinita conmigo.

Mi forma de llegar a los lectores pasa por compartir. No me gusta hablar solo de mis libros, de ahí que tenga mi web y comparta lo que sé sobre psicología y escritura con quien me quiera leer. Aprovecho cada ocasión que tengo para conectar con ellos, porque al final eso es lo que busca todo escritor: conexión. La página web, las redes sociales, mi newsletter, todo sirve a ese propósito.

M.B.Vigo: Y, para finalizar, ¿qué futuros proyectos podremos leer de María Fornet?

M.F.: Cuando acabé "Un nudo tras otro" me tiré de cabeza a crear "Azul Capitana". Esta nueva novela ha marcado una línea divisoria entre el tipo de escritora que quiero ser y el tipo que no, y entiendo que una decisión así implica una responsabilidad. Quiero tomarme un tiempo para repensar las cosas, para mimar mi web, para estudiar y formarme, para decidir qué va a venir luego y en quién quiero que se convierta María Fornet. Por primera vez en lo que llevo de vida, no tengo prisa.

M.B.Vigo: Muchísimas gracias por tus respuestas. Te deseo mucha suerte en tu camino literario.

M.F.: Gracias a ti, Miriam, me ha encantado responder a todas tus preguntas. También yo te deseo toda la suerte del mundo, tengo Marafariña en el Kindle y muchas ganas comenzarla.






lunes, 30 de mayo de 2016

#EntradaEspecial: Un año de Marafariña



Cuando era niña solía decirle a mi madre que mi sueño era ser escritora. Lo decía por la boca pequeña, con ese tono de voz agudo propio de una cría insegura, que se retorcía los dedos en los cabellos y bajaba la mirada cuando se sentía observada. "Escritora". 

Siempre fui escritora, desde que aprendí a empuñar un lápiz, o desde que leía a escondidas bajo las sábanas hasta altas horas de la noche. Cuando prefería enfrascarme escribiendo durante las largas tardes veraniegas en lugar de ir a la playa. Cuando, en la soledad, jamás me sentía sola. Entonces, con el tiempo, y con las letras, fui siendo consciente de una impactante realidad: no deseaba ser escritora, deseaba ser una escritora a la que alguien leyese.

En mi ego literario más puro, siempre me torturó la idea de no llegar a nadie. Aunque siempre sentí vergüenza, pavor, tímidez y miedo a la hora de dejar que se vieran mis escritos, también era una necesidad. ¡Qué dualidad más dolorosa! En más de una ocasión, en más de cien también, lloré amargamente por el terror al olvido. Siempre he puesto parte de mi alma en cada página, sería terrible pensar que a nadie llegaría ese pedazo de mí.

Pero la vida fluye. Todo lo hace. Como ese viento que baila entre la espesura, como si de un instrumento se tratase.




Y Marafariña voló.

Voló de mi, y se fue a otros mundos. Yo no me resignaba a dejarla marchar, no me resignaba a verla irse entre mis dedos. El corazón latía dolorosamente, y yo sólo podía pensar en ese paraíso perdido. La impaciencia da paso a la desesperación. Y la desesperación detiene el tiempo.

Hace un año que envíe mi primera obra a navegar por los mares literarios, como un velero a su suerte. Hace un año que, puedo decir, me convertí en una escritora leída por un pequeño gran grupo de lectores que son, maravillosos, que me arroparon y confiaron en mí. Hace un año que empecé a recibir e-mails en los que se me dedicaban palabras más cálidas que el verano, que empezaron a nacer opiniones de la novela, algunas buenas, otras no tanto... pero opiniones, a fin y al cabo, que la mantuvieron (y mantienen) viva.



Un año.

Intenso e inolvidable. 

Ahora toca, tal vez, cerrar esta etapa. O dejarla hacer. Ahora toca embarcarse en otros proyectos, otras metas. Marafariña comienza a desdibujarse como un telón de fondo, que dejó atrás con poética melancolía. Aunque, en realidad, nunca seré capaz de abandonarla.




viernes, 27 de mayo de 2016

#LITERATURA: El tiempo que nos une, de vida y adiós // *****


Querido Alejandro:

Y permíteme la cercanía, porque tras haber leído "El tiempo que nos une" no puedo dirigirme a ti de otra forma que no sea desde el aprecio casi familiar y la sensación de estarle escribiendo a una persona más humana de lo que es habitual. 

No voy a mentirte, no voy a pecar de soberbia. En realidad, yo no te conocía. Imagino que tú a mi tampoco, así que esto nos deja en la tesitura incómoda de las presentaciones que una nunca sabe cómo debe empezar. Te vi en la presentación de tu última novela "Un perro", a la que cualquier amante de los animales (aunque en mi caso sean los gatos) se prestaría a escuchar con mucho sentimiento. ¿No crees que hay algo especial en la mirada de alguien que convive con un familiar de cuatro patas? ¿A qué sí? Eso mismo que puede encontrarse en las letras, más sensibles. Unas letras que acarician la piel y el alma... ¡Qué cretina osadía, Alejandro!

Lo que escribía: te vi. Estábamos en A Coruña, en el Ágora, un jueves a la hora en la que debería estar preparando la cena. Ese halo de escritor, de los de verdad, de los que materializan vidas en los libros, te rodeaba. Había llegado allí para acompañar a una amiga que quería un ejemplar firmado. Yo iba con el ceño fruncido y el orgullo oxidado. Si, te contaré un secreto: la envidia me corroe en este tipo de actos. Siempre tengo ganas de ser yo la que ocupe el atril y que sea mi libro el que el auditorio abrace entre sus manos. 

Me permites ser tan franca, ¿verdad? Aunque nunca llegaré a serlo tanto como Mencía.

¡Mencía! Aunque habíamos ido allí para hablar de "Un perro", en un momento dado terminaste hablando de "El tiempo que nos une". Y a mi, amante de las letras tanto como de los animales, no me pasó desapercibida la fuerte carga emocional que tu voz, a ratos rota, denotaba sin remedio. Yo casi no podía respirar, como si en un momento dado me hubieras robado la vida. El movimiento de tus manos, la tibieza de tu expresión y tus pupilas anhelantes. Lo supe. Lo vi. Y cuando dijiste que tú querías que te enterrasen con "El tiempo que nos une", cuando dijiste que todos deberían leerla, yo quise necesité leerla. Lo necesité con tanta premura que la impaciencia de apropio de mi ser. Sentí la típica ansiedad que me crea el saber que me enfrento a una gran obra, de esas única, de esas con las que una se encuentra una sola vez en la vida.

Entonces el destino me llevó a tu presentación, y el destino me llevó al tiempo que nos une.

Casi me temblaban las piernas cuando lo tuve, Alejandro. El ejemplar temblaba en mis manos. ¿Qué ridículo, verdad? ¡Qué niña tonta! diría Mencía mientras se acomodaba la dentadura. No me culpes, ni me juzgues. Sabía que sería enriquecedora para mí. Y dolorosa, porque todo lo que nos enriquece, en cierta parte, nos hace daño.

Y no sabría cómo expresar qué es esa novela, a pesar de que este Blog presume de ser un espacio de reseñas. ¡Una escritora que se ha quedado sin palabras!

Un libro infinito y efímero. Tan infinito y efímero como la vida. Lo cotidiano de sus protagonistas, tantas protagonistas, tanta vida que explota el corazón. La vejez y la muerte. Los sentimientos. Esos lazos, ese tiempo de unión, entre unas mujeres perdidas que buscan encontrarse. Entre unas mujeres, todas ellas, que se esfuerzan en morder todos los reveses de su existencia, que conocen lo que es el llanto y la fragilidad. ¿Qué espacio queda para nada más que precisamente ese llanto? Porque la vida de Mencía, de Inés, de Bea, de Helena... y de Jorge, de Tristán... es intermitente como la luz del faro.

¡Al faro!

Maldita Virginia Wolf y su faro. Y su isla. Y sus tormentas. ¿Tú también te has empapado de ella, verdad Alejandro? Es una forma de entender la vida.

Alejandro, no sé si puedo perdonarte. Quiero demasiado esta novela, dolió mientras la leía pero dolió todavía más cuando se terminó. No me resignaba a dejarla ir, no como ese velero que pereció en el mar intrépido. Una de las mejores obras de vida y muerte que he leído durante los otoños que arrastro a mis espaldas. 

Y sin palabras, Alejandro, aquí me tienes. A tu merced.