miércoles, 17 de febrero de 2016

#LITERATURA: Nico, por favor: frescura e ingeniosidad en esta novela urbana // ****

Con frescura, un tono desenfadado de lectura ligera y con los tópicos que el género requiere, podría clasificar "Nico, por favor" como una novela urbana, lésbica y revelación. ¿Revelación, por qué? Porque de todas las obras que he leído del género, esta aporta algo diferente, una fuerza extraña, una holgura y un atrevimiento que baila entre lo descarado y lo divertido. Bajo el seudónimo A. M. Irún, lo que la protege de sentirse "más libre", la autora nos habla de Nicolasa, pero llamémosla Nico, por favor.

Nico es una joven enamorada de un fantasma, una chica que ve en el metro todos los días, sin conseguir reunir las fuerzas suficientes de acercarse y hablarle. Y es que Nico está plagada de inseguridades, expresadas por la escritora con divertimiento irónico, tan propio de la edad, en la que el más pequeño montículo se nos convierte en una montaña infranqueable. Pero cuando la joven reúne la valentía suficiente para hablar con "su chica del metro", ésta desaparece. Se ha esfumado.

Siendo víctima de la obsesión del vacío, su entorno, entre ellos su amigo Raúl, le hacen entender que esa chica solo era una alucinación suya. Instándola a liberarse de ese pensamiento, el muchacho la acompaña a salir una noche en locales de ambiente, para que Nico, nuestra Nico, pueda al fin liberarse.

Con tono cotidiano, cercano y escrito en primera persona, a ratos hablando consigo misma y dando explicaciones constantes, a rato separándose del lector y tomando las riendas de su historia, sobre Nico recae la absoluta fuerza literaria, sin que ninguno de los otros personajes logren alcanzarla. Podría ser malo, podría, pero esta chiquilla tiene tanta fuerza que no hace falta nada más. Es ella y su situación, su corazón salvaje, su corazón roto, su corazón ardiente. Son sus ansias y sus "rayaduras" intransigentes, la relación inestable con sus padres o sus locas noches de fiesta... y de sexo.

El sexo, que se enfrenta a los tópicos soporíferos de la literatura y el cine lésbico. Pues sí, en efecto, A. M. Irún se despoja de pudores, mostrando las escenas de sexo explícitas tal y como son, sin condecoraciones absurdas, sino con las trivialidades y las hermosuras de la intimidad de dos mujeres. Es de agradecer esta franqueza, siempre lo es, y es un punto muy importante de la obra.

El otro punto característico es la integración de la literatura con la tecnología. Eso es, los mensajes de texto. Y es que no es sencillo integrar esta relativamente nueva forma de comunicación sin que resulte pasado, o se renuncie a la "calidad" narrativa. Dado que Nico es una postadolescente, su teléfono móvil es una extensión de sí misma. Pero la autora se muestra cómoda en esta tesitura, siempre respetando el tono y la técnica durante toda la obra, sin que esta se pierda en los "whatsapp".

Y, por último, muy a tener en cuenta: no acaba de forma trágica. Sí, parece increíble que, en esta ocasión, el amor homosexual no encuentre barreras que lleven a sus protagonistas a la más plena tristeza o a la amargura más absoluta. 

Sin pretenderlo, creo que "Nico, por favor" ha abierto una brecha literaria indie muy interesante. Desde luego, toda una promesa de la literatura emergente. Habrá que seguirle la pista.


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