lunes, 8 de febrero de 2016

#COLUMNA-OPINIÓN: Odiar y amar lo arrebatado

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La realidad siempre supera la ficción, y da igual la cantidad de millones y millones de libros, de películas, de obras teatrales, de viñetas que se lleguen a crear. Nada, nunca, jamás, llegará a ser equiparable con lo palpable, lo que se vive. Las experiencias de las personas reales, como tú o como yo.

Me gustaría que mis letras fueran escritas en tinta blanca, para poder borrar tantas cosas de mí misma y de mi mente. Pero ahora que golpeo el teclado con ferocidad, porque no conozco otra forma de gritar y de llorar que refugiarme aquí mismo, en mi rincón, en aquel que afloran mis fantasmas y el pasado vuelve a ser tan real. La literatura, tan maldita y tan maravillosa, está aquí de nuevo.

A veces desearía tener la facultad de borrar el daño, de devolverle a las personas lo que tan injustamente, y tan cruelmente, les fue arrebatado. Y después me piden tolerancia, y después me piden respeto. Respeto. ¿Qué sabrán del respeto? ¿Qué sabrán de la tolerancia? ¿Qué sabrán de amor? Malditos terroristas espirituales, malditos sean siempre. Por tanto dolor, por amputar lo que no les correspondía.

Porque hay miradas que traspasan, porque hay conversaciones que no puedo asimilar. Hoy mi corazón está encogido de amargura y de alegría a partes iguales.









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